Oí como se rompía
hoy la noche entre mis dientes
quería desgarrarte forzar tu alma
de fértil vocablo y beberte,
esperaba crecer en ti
invadirte en oleadas invencibles
de susurros que endulcen tus sueños.
Creí doblegarte hacerte de mi
amarrarte al caballo de mi locura
y llevarte atada por siempre a mi garganta.
Oí como se quebraba mi grito
de hombre convertido en dios
dueño de cada latido tuyo
del sudor que bajaba por tu pecho
caudal de esta llamada
del viento sobre las grietas
que cruzan mi espalda de piedra,
Dios y roca para amarte
ofrenda a tus píes de henna
a tus manos de arcilla
a tu boca que me llama
aún siendo poseída.


Con este poema participo en el segundo Concurso de Poesía de Heptagrama

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