Quemaré todas mis naves


            Fragmento, obra de Samuel Ch. Uría





La insignificante monotonía del abandono 

un  terrible deseo de acumular la nada

cómo si la vida se redujera a tener un sin sentido de cosas que no sirven.

Y multiplica por millones,

porque todos estamos envueltos en lo mismo; esa incalculable desesperación.

Mi yo de niña aún se manifiesta 

quiere volver tan feliz como lo fue

amando aquella luz de la ventana

y los lápices de colores,

no sabía nada de lo que sucedía

la sana ignorancia cosida a un pijama.

Guárdame un lugar me dice,

quédate un instante más aquí 

no pierdas la esperanza

o si la pierdes, aún así no olvides.

Os echo de menos, a todos vosotros que ya no estáis apretando en un abrazo o en un gesto dulce.

Os digo que quemaré todas mis naves 

antes de irme.




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