Todo siempre esconde, algo en su interior
Qué no te engañe...
dentro de la montaña más alta crujen las piedras,
bajo el inmenso y calmado océano,
en la profundidad
se agita y pugna la vida por salir
a la superficie,
sobre nuestras cabezas
se prolonga el infinito del espacio,
que guarda las luchas mortales de las estrellas.
Qué no te engañe
mi mirada pausada, mi firmeza
que duerme sobre la piel
como si fuera alcazaba y fortaleza,
dentro, entre mi garganta y el corazón,
se rompe a diario la voz,
que pregunta quebrada por la sinrazón
de las cosas.
Todo siempre esconde,
algo en su interior.
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