Mañana blanca en Oviedo
Un segundo -espera-,
retener el instante para verlo más tarde,
cuando ya haya pasado,
no quede nada más que la acera brillante
y fría agua sobre la ventana.
La atracción infantil que nos arrastra,
la nieve que nos hace sonreír,
Febrero invernal y un café caliente,
una ilusión que empieza a dormirse,
porque la ciudad requiere ....
que corra la vida, siempre.
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