Pequeño y perezoso
Qué desgana,
levantarse hoy,
de la cama,
de la silla,
de tu cuerpo que descansa.
Qué pereza,
recoger la mesa, para que te vayas.
En la ventana abierta
unos gorriones nos espían
-quizá les haga gracia-,
estos seres que se miran
tantas veces y sin prisa
para no decirse nada.
No lo saben -ellos-
ni quieren saberlo,
que lo dicho ya está dicho,
que lo hecho ya está hecho,
que no hacen falta por hoy
más palabras.
Comentarios
Abrazos, siempre
Abrazos activos.
Abrazos y gracias por tus palabras.
Un beso.