Poesía sumergida
Las piedras bajo el agua se desgastan
brillantes, resbaladizas, pulidas y frías.
Precisas, esperan que un prisma de luz las roce
cuando el estío llegue y queme las huellas de tu paso.
Llueve sobre ellas
el sonido eterno del agua que corre,
fluvial, oceánica, libre, sin patria.
fluvial, oceánica, libre, sin patria.
Soy yo como ese canto
bajo el agua
en el silencio extraño de la roca quieta,
en el silencio extraño de la roca quieta,
susceptible de formar un día muro
que defienda unos versos.
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Un saludo.