De agua
Miré, sin querer hacerlo.
Allí fragmentado,
-un charco de agua-
un pequeño océano dividido en mil
helado, gris, maltrecho,
a un paso de romperse y llevarse
la imagen triste que dejaba yo sobre
él.
Se detuvo ese momento extraño
decidí que, tal vez pudiera
desprenderme del peso de tu recuerdo,
dejarte caer sobre el solitario hielo
a esas horas de la fría mañana.
Me acerqué al borde
-que se diluía-
me incliné, te busqué,
en su negrura plateada
creí verte aún dormida.
Y se detuvo ese extraño momento,
bajo la ropa se precipitó como un
gran río
mi alma, enamorada y herida.
Me borró el rostro la frente húmeda,
liquido aciago y opaco fui
-un plomizo charco de agua-.
Precipitándose también conmigo,
las lágrimas mojadas de deseada vida
-que olvidé que tenía-
exhalas para ti.
Comentarios
es que pueden salirte agujetas
de tanto volar por el cielo.