Un grano de sal
“Hay otros mundos, pero están en éste. Hay otras vidas, pero están en ti”.
Paul Éluard
Llamaba en la ventana el viento,
amaneció y yo prometí seguir.
Adelante otro día sin versos que me llenen la boca grité,
adelante otro día,
para no encender lumbre bajo tu almohada.
No regresaré aún adonde fuimos tanto,
ahora aquí me aplacan las horas
y te extraño, y me extraño en este espejo que no me conoce.
Amaneció y vi
como muchas cosas se alejaban en el cielo
que balbuceaba
- quería llorar pero no podía atrapado-,
eran las aves migratorias del recuerdo.
Nada es lo mismo ni siquiera parecido en estos días.
El mar hoy también grita,
intenta olvidar como lo intento yo.
Las primeras gotas me avisan del llanto que se acerca,
bajo la lengua un grano de sal se oculta con tu nombre
huido y prófugo,
quizá soñando lejos del olvido.
Te salvas,
para acunarme en esta noche.
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Y es que él, siempre sopla al recuerdo, acariciando las ventanas, levantando arenisca de las playas y en tantos lugares, que la añoranza va despertando poco a poco como en este precioso poema tuyo.
Un abrazo Mamen.