Lejana
Sombras y tinieblas
William Turner
1843
Convertido el sueño dulce en retahíla de preguntas,
transformado el placer del viento solitario y dueño de las mañanas
que nacían tras la ventana al camino.
Sobre la montaña verde crecían de improvisto y a cualquier hora
palabras que intuían más tarde versos y hablaban sobre emociones.
Y crecían y crecían voraces y me devoraban.
Lo lejano yacía a mis pies, tan cerca.
De aquello ahora me quedan pedazos de instantes como un sabor adherido
ya por siempre a mi boca.
Tenía un mundo y ahora el mundo me tiene a mí
diagnosticando temores en otros
obviando los míos bajo esta presencia que se desgasta.
No hay belleza sobre la ciudad iluminada,
escondidas las personas creen tener todo,
justifican y justifican sus acciones, sus verdades necesarias
porque quieren vivir aunque sea bajo las luces vacías.
Dónde quedé yo un día prendida,
en qué tronco grabó la vida mi nombre
para ser lo que soy.
Cuántos minutos me robará este tiempo sin viento solitario
ni dueño de mañanas.
En cada esquina se detiene un sueño fusilado por preguntas,
Lejana yo sobre la montaña verde.
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Un abrazo.