Marañas
Los pensamientos saltaban de piedra en piedra.
Había dejado de llover,
tenía todo el tiempo de este mundo
lejos de la vida que no te diré,
de la que omití para así guardarla.
Un diccionario sobre la mesa y un intervalo
de ensimismamiento inesperado,
te escribiré una vez más aún sin saber qué decirte,
porque siento este dolor que no tiene motivo,
que hay en mí impregnado como un óleo antiguo,
qué no se calma, que no se marcha.
No, no puedo sonreír apurado lector
que rebuscas entre mis entrañas de palabras,
intentando ponerme un nombre que no se muera.
Dejó de llover y la tierra se lamió las heridas
con su lengua dulce de dos puntas,
pero yo me quedé sin dormir, vacía,
y el tiempo del tiempo pregunta,
me asusta, no deja de precipitarse,
me persigue sintiéndose un coloso,
maldito dueño de los suburbios de desidia,
despojos de mis escritos, marañas de todo lo perdido.
Los pensamientos saltaban, de piedra eras,
yo hacía equilibrios y conjeturas
intentando bordear tanto vértigo extendido,
mantel donde ser comensales de la nada,
invitados inmaculados de los que no fiarse.
Comentarios
Me gusta leerte y no dejaré de hacerlo.
Un abrazo.
P.D. ¿Has visto ya "Perdición"?
Un abrazo fuerte desde mi librillo.