Ayer, hoy



                                                              Imagen de la autora del blog.



Ayer, no tiene un punto final
se perpetua alargándose
como el hambre cuando aprieta,
no hay límite espacial ni nebulosa ni agujero negro,
ni siquiera  calendario que nos devuelva al instante.
Ayer, ayer era yo joven
pero nunca lo seré más que hoy.
Se repite la historia,
pero vestida de otra forma.
No, nunca te querré más que ayer,
porque aún estamos recordándonos.
Y eso lo llena todo,
la habitación, la tarde de lluvia furiosa,
la concentración
para escribir estas palabras.
Ayer es cerrar los ojos una vez
para luego abrirlos y ver la misma foto que siempre
ha estado ahí, a la espera,
pero ha sido ahora
porque aún nos recordamos.

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