Algún firmamento

Seguiremos atados a las brumas de los encuentros
a escondidas de los transeúntes que nos espían
desde las laderas de las notas sin música.
Pondremos los impulsos en primera línea
para que nos abran el camino hacia la vida,
y sólo sentiremos, regaremos las horas
con nuestras pasiones de clarividencia innata.
Remordimientos no firmaremos, ni buscaremos
invenciones, reproches, excusas,
seremos lo que somos sin más, inmensos mundos
sobre algún firmamento desconocido e ilógico.
Seguiremos, porque has pedido el deseo
y la moneda cayó sobre mi frente,
me hizo cicatriz perfumada con aquellos susurros
y decidí no dudar de tus manos.
Seguiremos, así soplen los nuevos vientos
que erosionan los contornos de nuestros cuerpos,
así caiga la lluvia maldiciendo las piedras del camino
que abrieron sin miedos nuestros impulsos.
A escondidas, con el palpito en la boca abierta
y las miradas perdidas en busca
de ese poro donde crecer y consagrarnos
hasta que todo se acabe,
pero ya llenos de todo lo vivido,
sobrealimentados de recuerdos y palabras dichas,
espíritus más ya, que físicos cuerpos,
seres inmortales que seguirán atados
a sabe Dios, si es que existe, algún firmamento.