Una pregunta al aire




Una pregunta al aire,
por si algún Dios perpetuo
me escucha
que haga de mi, verso
encerrado en un libro olvidado.
En estas horas ensimismadas
ofrecidas a la soledad
ofrenda robada al tiempo
que se niega a esperar,
me evaporo entre las líneas
de esta existencia cristalizada
por los deseos que no se cuentan
por las miradas que son palabras.
Una pregunta sedienta
inquieta, embriagada
lanzada como una piedra
que tal vez te haga mella
sobre tu hiriente frente blanca.
Quédate unido a mí
por la invisibilidad
de este destello de Amor,
Amor imperdonable,
al que ponen nombre
sólo nuestras bocas de sal.

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